Paulina del Paso (Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte) reorienta las posibilidades plásticas de la imagen en movimiento con una nueva obra de filo crítico y gloriosa presentación:un díptico que amasa el detritus de la producción mediática masiva para recalibrar la cosmetización de la política, del cuerpo y de la imagen. Evocando la infame frase adjudicada a Arthur Schopenhauer, y la heteronormatividad que sustenta el lenguaje de la publicidad, traduce la hegemonía cultural en un perturbador e hipnótico espectáculo audiovisual: dos caleidoscópicas videoesculturas compuestas de clichés sonoros y visuales, fragmentos de comerciales y telenovelas, injertados en un cadáver rotatorio que oscila entre lo monstruoso y lo sublime, que alude a la aberración de los medios masivos, pero también a la impecable y seductora geometría de las coreografías de Busby Berkeley. Del Paso, quien comenzó haciendo video en la época pre-digital (cuando este era “indigno” de la pantalla grande) construye una cacofonía harmónica que destila las voces que componen y descomponen el universo televisivo. Y con este gesto ex-céntrico y subversivo invita a celebrar a los pioneros de la prehistoria del video que causan sigilosos estruendos en la conciencia mediática, pero sobretodo, que anuncian los futuros olvidados del cine.
Mara Fortes